Consecuencias:
La crisis en el Mar Rojo ha provocado la alteración del tráfico marítimo internacional, y de la cadena logística, provocando un efecto dominó muy perjudicial para el comercio mundial. Este efecto se traduce en lo siguiente:
1) Mayores costes logísticos para las empresas navieras. La zona del Mar Rojo es ahora una zona de guerra, y las navieras han buscado rutas alternativas que implican más tiempo de navegación y, por lo tanto, mayor consumo de combustible.
2) Incremento del precio de los fletes y, por lo tanto, mayor beneficio para las navieras. Las rutas alternativas rodean el continente africano, lo que implica mayor gasto de combustible de las navieras. Si las navieras gastan más combustible, tienen que aumentar el precio del flete. No obstante, las navieras que siguen la ruta del Mar Rojo también tienen que aumentar sus tarifas porque la prima de seguro que tienen que contratar es más alta ya que se están enfrentando a un riesgo exponencialmente más alto. Todo ello provoca un incremento del precio del flete.
3) Menor oferta de las navieras y retrasos en las entregas de las mercancías. Las rutas alternativas entre Asia y Europa son ahora mucho más extensas. Ello implica una menor oferta de las navieras porque si ahora las rutas son más largas, hay menos rotación de buques. Por último, la consecuencia final es el retraso en las entregas, hecho que ralentiza el comercio mundial y afecta negativamente a muchos sectores de la industria en los que su producción requiere de un flujo continuo de suministros.
Esta publicación no constituye asesoramiento legal.
